Van pasando las temporadas del Torrevieja en Tercera División -doce ya con la recién concluida- y por unas causas u otras los mayores éxitos del equipo continúan siendo los de 2007 y 2009, años en que alcanzó sendas promociones de ascenso. Hasta el ejercicio actual, con las variables de rigor -ilusiones o sustos incluidos-, el puesto final de cada campeonato viene situando al equipo aproximadamente en el centro de la tabla. En la temporada recién acabada 2015-15, se ha repetido el escalón ocupado hace doce meses en el campeonato liguero del grupo Vi de Tercera División.
Se encargó la tarea técnica al grupo encabezado por el entrenador José Emilio Galiana, técnico emergente y acreditado en la categoría por su conocimiento de ésta. Tras los pertinentes amistosos veraniegos y sus correspondientes pruebas, comenzaba la competición en casa con una mínima victoria contra el Saguntino (1-0), anunciadora de cuánto iba a costarle marcar goles al equipo. Con su peculiar manera de dirigir a los jugadores, Galiana disfrutaba de la confianza tanto de la directiva como de la afición. Poco importó el titubeante tramo inicial, agravado por dos derrotas consecutivas en Ribarroja (2-1, jornada 4) y en feudo propio contra el Torre Levante (1-2, jornada 5), partido en el que sufrió su primera lesión seria Sergi Murcia, llamado a ser un puntal de la línea media por sus dortes organizadoras. Lo importante, pese a su única victoria en esos encuentros, era que el equipo demostraba potencial para lograr resultados satisfactorios en cuanto las cosas le rodaran mejor y alcanzara la estabilidad en la vanguardia.
Y en efecto, así ocurrió en las siguientes semanas, en las cuales se encadenaron tres triunfos como visitantes (1-2 en Villarreal, jornada 6; 0-1 en el campo del At. Levante, jornada 8; y 0-1 en el del Acero, jornada 12). Añadidos éstos a los que celebramos en el Vicente García ante rivales tan cualificados como el Onteniente (2-0, jornada 9) y el Castellón (1-0, jornada 11), el Torrevieja ascendió diez puestos para colocarse el cuarto. Se abría entonces un futuro esperanzador con la perspectiva de que el equipo siguiera creciendo y cuajándose como bloque. Durante esta etapa, aun con tropezones, los blanquiazules parecían haber dado con la tecla de una pugna tan igualada, porque no eran sólo ellos los que atravesarían por largas rachas dispares.
La visita del Requena (1-1, jornada 13) constituyó un frenazo tanto por el marcador como por la manera en que se produjo ante la preocupante incapacidad de manejarse con desventaja. Dos abultadas derrotas en Cullera (4-0, jornada 14) y Benigánim (3-1, jornada 15), ambas en terrenos de reducidas dimensiones, volvieron a llevar al equipo a la indefinición. Si el fútbol siempre es imprevisible, el CD Torrevieja, como la mayoría de sus adversarios, no daba ninguna facilidad para emitir un pronóstico. Era capaz de lo mejor y de lo peor, sin apenas separación entre las tardes solventes, aunque apuradas, y las torcidas del todo (2-1 en San Vicente, jornada 17, desperdiciando la ventaja inicial y 0-1 en el Nelson Mandela contra el Novelda, jornada 18). Por la consabida escasez goleadora, se convertía en auténtico oro la ventaja de un tanto hasta el punto de que el 1-0 (contra el Paterna, jornada 16; La Nucía, jornada 20; o el colista Utiel, jornada 23) se defendía hasta la última gota de sudor y sufrimiento. En las tareas anotadoras, y tras salir de la plantilla el delantero Steve Ekedi -fue expulsado tres veces y, pese a sus condiciones y cuanto lo necesitaba el equipo, no tuvo continuidad-, empezaron a ayudar hombres no llamados en principio por ese camino como César y Rafa Gómez, si bien éste con intermitencia a causa de las continuas lesiones. En otro capítulo, Sergi Murcia -recibió una durísima entrada en el choque contra La Nucía- y Martin Mendy no actuarían ya en toda la segunda parte del torneo. Y no serían los últimos en caer. La amplia victoria en Alcira (0-3, jornada 21) con la que concluyó la primera vuelta fue indicativa de que algo volvía a cambiar para bien.
Con más de la mitad de los competidores en un pañuelo, cualquier serie favorable de resultados podía lanzar a un equipo hacia los lugares de privilegio. Pese a las mencionadas circunstancias, un memorable 2-4 en Muro (jornada 24), en un partido de gran efectividad realizadora, unido a los demás resultados de esa fecha, colocó al equipo la segunda plaza, a tres puntos del líder y después campeón, es decir, en zona de play-off. La escasa diferencia de puntos con el numeroso grupo perseguidor hacía mantener la prudencia, pero eran inevitables las expectativas de la parroquia salinera, porque cualquiera le pone puertas al campo y máxime si es fútbol. Al fin y al cabo, hacía nada menos que ocho años que el CD Torrevieja no se veía en tal situación.
Parecía que muy mal se tendrían que dar las cosas para alejarse de esa zona de privilegio, pero se dieron. Sin motivos aparentes y de una semana para otra, el CD Torrevieja se convirtió en un conjunto vulnerable, débil anímicamente, desbordado a la mínima contrariedad e incapaz de ver puerta. Así encadenó cinco derrotas consecutivas, tres en su estadio (0-1 contra el Ribarroja, jornada 25; 0-2 contra el Villarreal C, jornada 27; y 0-1 contra el At. Levante, jornada 29) y dos lejos de él y por goleada (4-0 contra el Torre Levante, jornada 26; y 5-0 contra el Orihuela, jornada 28). Sin que sirva de excusa, los salineros afrontaron casi todos estos partidos en medio de una plaga de bajas por lesión, entre ellas la del delantero Piñera, fichado en el mercado invernal y destinado a llevar la etiqueta de delantero goleador. Sería sustituido por el repescado Obele, que también visitó la enfermería en bastantes jornadas. No aliviarían la coyuntura los posteriores empates en sedes relevantes (el meritorio 2-2 en Onteniente, jornada 30, rompiendo la racha de cinco encuentros sin marcar; y el afortunado 0-0 en el campo del CD Castellón, jornada 32), pues el balance se reducía a un par de puntos en siete partidos, bagaje con el que el equipo descendió hasta la decimocuarta plaza. Se encaraba así un peliagudo tramo final del campeonato.
Urgía un cambio y la directiva tomó la decisión habitual: destitución del entrenador. Antonio Pedreño debutó en la jornada 33, con diez por delante, y no pudo hacerlo con mejor pie. El rotundo 6-1 al Acero dio que pensar si realmente el relevo en el banquillo había sido un síntoma de lo que estaba ocurriendo hasta entonces. En cualquier caso, esa victoria y la obtenida contra el Cullera (4-1, jornada 35, con la peculiaridad de que se volteó un tanteo adverso) hacían mantener a los torrevejenses unas remotas posibilidades de alcanzar todavía la zona de promoción de ascenso. Sin embargo, la exigencia era máxima, al no haber pasado de la igualada en Requena (0-0, jornada 34). Cada choque tenía connotaciones de final. El disputado como local contra el Benigánim (1-1, jornada 36) alejó al equipo del objetivo después de la desilusión de un partido en el que se desperdiciaron muchas ocasiones de gol. El equipo se quedó entonces sin Rubén, que acabó su temporada para ser sometido a una operación de neumotórax. Como Jorge Carmona siguió jugando de pivote, acompañaría a Alexis en la demarcación de central el reconvertido Eddy, cuyo concurso en el lateral izquierdo tampoco había sido regular a causa de las lesiones, mientras Adrián Banderas se afianzó en dicho puesto. Cabe subrayar, en esta fase final de la liga, la titularidad del veterano Carrasco, que junto a Rafa Gómez mantuvo el nivel en la delantero, y el debut de Juanra, que reforzó la línea media.
En Paterna (1-1, jornada 37), tuvo el CD Torrevieja un escollo casi definitivo y el empate fue escaso premio, por lo que ya no había margen de error. Quedaban cinco partidos y había que obtener cinco victorias. Plantilla y cuerpo técnico se conjuraron para intentar la proeza. Después de padecer en casa (1-0, jornada 38 contra el Jove Español), el equipo se la jugó en Novelda, donde sucumbió (1-0, jornada 39), pese a que tuvo opciones para haber puntuado. Los restantes tres partidos de liga fueron de trámite y terminaron de colocar al equipo en el citado décimo puesto de la tabla y sólo cinco puntos separaron al equipo salinero del play-off de ascenso.
(Fuente CD Torrevieja-Foto portada Joaquín Carrión-Fotos texto Sport Vega Baja)
